En tan solo tres años y medio, el gobierno de la presidenta Xiomara Castro, ha destinado más de 4,400 millones de lempiras al campo hondureño. A través del Bono Tecnológico Productivo, una iniciativa que ha marcado un antes y un después para miles de pequeños productores en todo el país.
Esta histórica inversión, ejecutada desde la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), se traduce en fertilizantes y semilla mejorada para el cultivo de granos básicos, como el maíz y los frijoles, pilares de la seguridad alimentaria en Honduras.
CADA AÑO, EL APOYO HA SIDO SOSTENIDO Y CRECIENTE
📌 L.700 millones en 2022
📌 L.1,000 millones en 2023
📌 L.1,000 millones en 2024
📌 Y una proyección de L.1,700 millones en 2025
El objetivo es claro, garantizar la soberanía alimentaria y mejorar las condiciones de vida en el campo, mientras se impulsa la economía rural con políticas públicas enfocadas en el pueblo. Esta acción gubernamental ha dado como resultado producciones históricas de granos básicos, fortaleciendo a más de un millón de familias que ahora tienen acceso directo a insumos agrícolas.
“Este gobierno sí piensa en el pueblo y le cumple al productor”, aseguran desde las comunidades rurales, donde el Bono Tecnológico Productivo ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad transformadora.
La apuesta del gobierno de Xiomara Castro va más allá de la asistencia técnica, es una política de Estado que coloca al campesinado en el centro del desarrollo nacional. En medio de un contexto global complejo, esta inversión representa una decisión política firme para enfrentar los desafíos del cambio climático, los precios internacionales y el abandono histórico del agro.
