Al menos 37 periodistas murieron en la Franja de Gaza durante el primer mes del genocidio por parte de Israel, una cifra que se suma a las 232 víctimas mortales de la prensa registradas en lo que va de 2025, según datos recopilados por organismos internacionales.

A este panorama se suman 380 profesionales de la comunicación que resultaron heridos hasta enero del presente año, en medio de un escenario que el periodista estadounidense Nick Turse, en un análisis publicado por el Instituto Watson para Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Brown, describe como una amenaza global para el ejercicio del periodismo.

El informe resalta que la mayoría de los reporteros heridos o asesinados en Gaza son periodistas locales, quienes trabajan con recursos limitados y sin protección adecuada. La disminución de corresponsales extranjeros occidentales ha obligado a los medios globales a depender cada vez más de estos comunicadores mal pagados y mal equipados, quienes afrontan las coberturas más peligrosas.

De acuerdo con un reportaje de Al Jazeera, que enumeró los nombres de los periodistas asesinados en manos del ejército israelí, la Franja de Gaza se ha convertido en el lugar más mortífero para la prensa, concentrando el 46% de las muertes registradas. Las víctimas mortales pertenecían principalmente a dos grupos de edad: jóvenes entre 21 y 30 años (41%) y periodistas de 31 a 40 años (39%).

La represión contra la prensa no solo se mide en vidas perdidas. Hasta el 29 de abril de este año, 49 periodistas palestinos permanecen detenidos en cárceles israelíes, según la Comisión Palestina de Detenidos y Exdetenidos. Muchos de ellos fueron arrestados mientras cubrían ataques o documentaban violaciones de derechos humanos, en un claro intento por silenciar voces y limitar el flujo de información.

Más de dos meses después del Día Mundial de la Libertad de Prensa celebrado cada 3 de mayo, que resalta el papel de los medios para promover la justicia, la igualdad y los derechos humanos, los periodistas palestinos en la Franja de Gaza continúan su labor informativa a pesar de no contar con oficinas, destruidas por los constantes bombardeos israelíes.

A esta precariedad se suma una tragedia silenciosa, quienes antes relataban el sufrimiento de otros ahora lo padecen, pues además de ser testigos del genocidio, también enfrentan el hambre como consecuencia del bloqueo y la devastación.