Durante su tiempo como alcalde de la capital, Nasry Asfura, candidato presidencial del Partido Nacional, y la empresa española Grupo TX, estuvieron involucrados en un millonario desfalco al Estado de Honduras, afectando gravemente las finanzas de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC).

La corrupción se desveló tras un exhaustivo estudio realizado por el actual alcalde, Jorge Aldana, y su equipo, en el que se descubrió que la empresa española había manejado los datos geoespaciales de la capital de forma irregular, lo que resultó en la pérdida de control de la información por parte de la municipalidad. Durante años, la AMDC no tuvo acceso a los datos actualizados de catastro, que fueron entregados en un idioma incomprensible para los nuevos funcionarios, dificultando la actualización de la base de datos y el cobro de impuestos.

Este escándalo se remonta a cuando Asfura estaba al mando de la alcaldía y firmó un contrato con el Grupo TX, una empresa que, con una millonaria inversión, se encargó de “actualizar” la información catastral. Sin embargo, la empresa entregó los datos incompletos y en otro idioma, lo que paralizó el proceso de actualización y permitió que grandes propiedades y empresas evadieran impuestos, perjudicando a la capital.

Las pruebas de corrupción incluyen el hecho de que durante el mandato de Asfura, las tasas de impuestos no se actualizaron, favoreciendo a un pequeño grupo de familias adineradas que evadieron sus responsabilidades fiscales. Además, el exgerente de catastro, que estuvo vinculado a estos actos, facilitó este proceso corrupto, y muchos empleados de la alcaldía, complicados en este entramado, fueron despedidos al ser identificados como cómplices del fraude.

La nueva administración municipal, liderada por Aldana, ha logrado recuperar el control de la información geoespacial y ha comenzado a actualizar los registros catastrales, un proceso que no se realizaba en más de 50 años. Con la ayuda de técnicos colombianos, la alcaldía está trabajando para regularizar los impuestos de la capital y recuperar los millones de lempiras que se habían perdido debido a esta evasión fiscal.

El caso ha dejado serias interrogantes sobre la gestión de Asfura, como:

• ¿Por qué permitió que la actualización de tasas de impuestos se retrasara tanto, beneficiando a los más ricos?
• ¿Qué intereses había detrás de la contratación de la empresa Grupo TX, que claramente no cumplió con el trabajo por el cual fue pagada?
• ¿Por qué, sabiendo de estos actos de corrupción, Asfura no actuó para corregirlos y, en cambio, optó por mantener el sistema corrupto para ganar votos?

El caso sigue siendo investigado y plantea serias dudas sobre la transparencia y honestidad de la administración de Nasry Asfura durante su periodo como alcalde de Tegucigalpa. Con el trabajo de la actual gestión, el objetivo es dejar atrás los actos de corrupción y restaurar la justicia fiscal en la ciudad.