Bipartidismo reincide en alianza con sus principales figuras para consumar el fraude electoral

Una nueva alianza de partidos de oposición fue oficializada este lunes en Honduras generando fuertes indicios de un plan orquestado para consumar un fraude electoral en los próximos comicios generales de noviembre, esto tras que el miembro del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marlon Ochoa, denunciara las ilegalidades dentro de ese organismo para implementar el mismo modelo de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) que violentó la democracia y transparencia en los comicios generales del 2017.

La unión, que incluye a los candidatos presidenciales Mario “Chano” Rivera (Partido Democracia Cristiana – DC), Nelson Ávila (Partido Innovación y Unidad – PINU), Salvador Nasralla (Partido Liberal) y Nasry “Tito” Asfura (Partido Nacional – PN), ha dejado en evidencia su intención de aplicar el método Matamoros Batson para manipular los resultados, similar al fraude descarado ocurrido en las elecciones de 2017.

Cabe mencionar que, para muchos esta es una reacción del bipartidismo y sus aliados, tras que Ochoa, denunciara públicamente la ilegalidad e inconstitucionalidad del modelo de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) que buscan implementar las comisionadas Cossette López y Ana Paola Hall.

Ochoa ha advertido que este modelo favorece el fraude y no está contemplado en la Ley Electoral de Honduras, pues permite que representantes de los partidos tradicionales decidan qué actas se publican antes de la totalización y divulgación oficial.

Detalles de la denuncia y los implicados

El consejero del CNE, ha sido la voz principal en la denuncia contra el modelo TREP, calificándolo de “ilegal”, ahondando que la ley no establece que “un nacionalista y un liberal, sin ser funcionarios públicos ni miembros del organismo electoral, puedan decidir si un acta se publica o no”.

Ochoa, enfatizó que este diseño está “concebido para ejecutar un fraude, como el ocurrido en 2017”, refiriéndose a las cuestionadas elecciones de 2013 y 2017, donde se utilizó el mismo mecanismo.

La nueva alianza de oposición, conformada por las figuras mencionadas, se escuda públicamente en la defensa de la transparencia. Sin embargo, críticos y analistas políticos los señalan como los verdaderos impulsores del fraude, actuando en incumplimiento de las leyes y utilizando el CNE para sus fines.

Estas cuatro figuras han sido catalogadas por algunos sectores como “vendepatrias, ególatras, que se rodean de corruptos, entreguistas, títeres de quienes se han robado este país”.

En medio de esta polémica, la candidata Rixi Ramona Moncada se erige como la única mujer en la papeleta presidencial y la más votada en las elecciones internas.

Moncada, reconocida como una hondureña digna, nacida de las entrañas del pueblo, inteligente, fuerte, capaz y entregada una causa: justicia y progreso para Honduras, es vista como el objetivo a derrotar por el bipartidismo y sus aliados mediante el presunto fraude con el TREP.

Ese bipartidismo, que se ha gestado en la oligarquía y corrupción mediante engaños, campañas de desprestigio y manipulación pretenden nuevamente violentar la voluntad del pueblo para gozar de los privilegios que les otorgaba el narcogobierno y su sistema corrupto.

Propuestas para garantizar la transparencia

Para contrarrestar las posibles irregularidades, Ochoa ha propuesto enmendar los pliegos de condiciones del CNE, eliminando la “segunda transcripción” y permitiendo únicamente una verificación posterior de los resultados.

“No podemos permitir que, tres horas después del cierre de las urnas, los resultados sean filtrados por representantes de los partidos tradicionales que decidirán qué actas se divulgan y cuáles no”, sentenció Ochoa, reafirmando que “el pueblo hondureño no aceptará un nuevo fraude impuesto por el bipartidismo en el CNE”.


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