Lamentable episodio de sabotaje y corrupción calixta en las entrañas del gobierno de Honduras.
En un vergonzoso acto que pone de manifiesto los bajos instintos de algunos sectores que apoyan la precandidatura de Jorge Cálix, un grupo de individuos identificados como los calixtos, que en realidad ni se conoce sus identidades, lleva acabo una acción despreciable en el Centro Cívico Gubernamental.
Empleados de instituciones públicas como el Instituto de la Propiedad, COPECO y PANI, controladas por Jorge Cálix, así como otros ajenos a las entidades estatales, desde el viernes pasado se tomaron los portones del complejo de edificios del Centro Cívico Gubernamental (CCG).
Estos mercenarios, pagados con dinero proveniente de la corrupción público-privada, irrumpieron en las instalaciones con el objetivo de destruir documentos comprometedores antes de que la junta interventora designada por la Presidenta pudiera asumir sus funciones.
Este sabotaje no solo representa un ataque directo a la administración gubernamental, sino también un intento flagrante de obstaculizar la labor de la Presidenta Xiomara Castro y su gabinete.
La intervención del Instituto de la Propiedad, se hizo necesaria debido a las numerosas denuncias de corrupción y malversación de fondos públicos que habrían tenido lugar en dicha institución a través de un cuestionado fideicomiso. Estas prácticas corruptas fueron expuestas por la Secretaría de Finanzas (SEFIN), evidenciando la magnitud de la corrupción público-privada en el país.
Los asaltantes del Centro Cívico parecen estar buscando un enfrentamiento con las autoridades policiales, retrasando deliberadamente la instalación de la junta interventora en un intento de victimizarse y socavar la imagen de la Presidenta.
Todo esto en un sórdido intento de sabotear su administración y favorecer los intereses de Jorge Cálix, precandidato a presidente por LIBRE, tildado de traidor y aliado de la derecha hondureña.
La sociedad hondureña no debe caer en las mentiras ni la manipulación mediática, el circo de Jorge Cálix debe parar.
