La llamada “Caminata de Oración por Honduras”, convocada para el 16 de agosto, se presenta como un acto espiritual y ciudadano, pero en realidad responde a intereses políticos de la 10 familias más ricas de Honduras, ONGs desestabilizadoras y líderes religiosos con vínculos con el Partido Nacional de Honduras (PNH) y el Partido Liberal de Honduras (PLH).
Aunque se intente vender como un encuentro para pedir por la paz, la democracia y la unidad, la realidad es que la caminata está diseñada para legitimar intereses de un reducido de 25 grupos de poderosos que buscan mantener intactos sus privilegios.
MARCHA DEL 16 DE AGOSTO NO REPRESENTA AL PUEBLO REVOLUCIONARIO
Lejos de ser un movimiento popular, la convocatoria nace desde las diez familias más ricas del país, quienes durante décadas se beneficiaron de un modelo neoliberal que empobreció a la mayoría y concentró las riquezas en sus manos.
Ninguno de los organizadores representa al pueblo ni a los obreros. Entre los convocantes se encuentran ONGs desestabilizadoras como el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), empresarios que han explotado la mano de obra hondureña y evadido impuestos, así como religiosos con claros vínculos con partidos opositores.
Bajo el título de “Caminata de Oración”, intentan maquillar lo que en realidad es una movilización política disfrazada de espiritualidad.
No es la primera vez que se manipula la fe para fines políticos. Líderes religiosos con afinidades partidarias han legitimado golpes de Estado, avalado reelecciones ilegales y guardado silencio ante gobiernos corruptos y años después vuelven a repetir el mismo patrón, instrumentalizando la religión para dividir y confrontar.
La propia división dentro de las iglesias lo confirma, mientras algunos jerarcas religiosos han prestado su voz a los organizadores, otros líderes como representantes de las Asambleas de Dios y el Arzobispo de Copán han señalado que esta caminata no representa un propósito cristiano, sino un trasfondo político-partidario.
Incluso han denunciado presiones y amenazas, lo que deja claro que el propósito del evento no es la paz, sino la confrontación.
La verdadera paz
La paz no se construye desde caminatas promovidas por las élites, sino desde la justicia social, la oración sincera y amor por el prójimo.
El diputado Ramón Barrios, declaró que «Los fariseos oraban en público, yo prefiero en privado», y establece una clara distinción entre la ostentación religiosa y la espiritualidad íntima, por lo que no necesita ir a una marcha cuyo fin es político para tener una buena relación con Dios.
Los cristianos que siguen a Dios y no a intereses partidarios saben que este 16 de agosto no se trata de orar por Honduras, sino de marchar para obtener privilegios a costa del pueblo trabajador.
