Las centrales obreras de Argentina manifestaron un rechazo firme al proyecto de Ley de Reforma Laboral impulsado por el presidente Javier Milei. Al considerar que la iniciativa afecta derechos básicos de los trabajadores y profundiza la precariedad del empleo.

Organizaciones como la CGT y las dos CTA advirtieron que la propuesta pone en riesgo conquistas históricas logradas tras décadas de lucha sindical y social, y que no responde a las verdaderas necesidades de la clase trabajadora.

Ante esto, los sindicatos convocaron a una gran movilización en Buenos Aires que coincide con el debate del proyecto en el Senado. La reforma plantea cambios sensibles en temas centrales como la reducción de las indemnizaciones por despido, modificaciones en los períodos de vacaciones y límites al derecho a huelga. Para las centrales obreras, estas medidas debilitan la estabilidad laboral y dejan a los trabajadores en una situación de mayor vulnerabilidad frente a los empleadores.

Las organizaciones sindicales sostienen que la reforma favorece principalmente al sector empresarial, ya que reduce obligaciones patronales y facilita formas de contratación más inestables. También alertan que se debilita la capacidad de los sindicatos para negociar mejores condiciones de trabajo y defender colectivamente los derechos laborales, lo que podría traducirse en salarios más bajos y menos protección ante abusos.

Desde el gobierno de Milei, la iniciativa es presentada como una “modernización” de las leyes laborales, con el argumento de que ayudará a crear empleo y atraer inversiones. Sin embargo, los gremios rechazan esa postura y afirman que no se trata de una actualización, sino de un recorte de derechos que traslada el peso de la crisis económica a los trabajadores, mientras se fortalece la posición de los grandes empresarios.

Las centrales obreras exigieron que se respete el derecho constitucional a la protesta y no descartaron anunciar nuevas medidas de presión, como un paro nacional, durante el acto central en Plaza de Mayo.

A este rechazo se sumó el respaldo de la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores, que expresó su solidaridad con el movimiento sindical argentino y advirtió que este tipo de reformas ya se aplicaron en otros países de la región, con consecuencias negativas como mayor desigualdad y empleo precario.

Según las organizaciones obreras, la movilización busca frenar una reforma que consideran un grave retroceso y defender el trabajo digno y los derechos laborales en Argentina.