¿Qué es un fraude piramidal?
Los fraudes piramidales, también conocidos como esquemas Ponzi, son modelos de estafa financiera que aparentan ser inversiones legítimas, pero se sostienen únicamente mientras nuevos inversionistas ingresan al sistema.
El dinero de los nuevos participantes se usa para pagar supuestas “ganancias”, creando la ilusión de rentabilidad y éxito. Pero, al no haber una actividad económica real que genere ingresos sostenibles, el sistema colapsa cuando deja de entrar capital.
El atractivo de estos fraudes radica en ofrecer altas ganancias en poco tiempo, con mínimos requisitos. A menudo, los responsables de estas promocionan la “oportunidad” en redes sociales, comunidades o incluso a través de amigos y familiares, prometiendo intereses del 10, 20 o hasta 50% mensual, algo que ningún sistema financiero regulado puede garantizar de forma segura.
El caso de Koriun Inversiones
Un ejemplo reciente ejemplo de este tipo de fraude ocurrió hoy, cuando la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) y el Ministerio Público ejecutaron un operativo contra la empresa Koriun Inversiones, con sede principal en Choloma, Cortés, la firma ofrecía una rentabilidad del 5% semanal a miles de hondureños, especialmente en zonas obreras.
Las autoridades confirmaron que Koriun no estaba registrada ni autorizada para captar fondos y que operaba bajo un esquema Ponzi. La empresa habría recaudado más de 86 millones de lempiras de más de 30 mil personas, muchas de las cuales usaron sus ahorros o liquidaciones laborales. Durante el allanamiento, se encontraron grandes sumas de dinero en efectivo y documentos que respaldan la hipótesis del fraude.
Algunas claves para entender los fraudes piramidales.
1.- Ganancias exageradas y sin riesgo: Prometen intereses altos en muy poco tiempo, algo que ningún banco serio garantiza.
2.- Dependencia de nuevos afiliados: El sistema solo funciona mientras más personas sigan ingresando.
3.- Falta de autorización legal: No están supervisados por autoridades financieras como la CNBS.
4.- Presión para reclutar: Incentivan a las personas a invitar a otros, y así ir reclutando más gente para que siga funcionando la empresa.
5.- Poca transparencia: No explican cómo se generan las utilidades de los inversionistas.
