En Honduras, las elecciones han sido históricamente vulnerables a fraudes, manipulaciones y clientelismo. Cada vez que un gobierno llega al poder por la vía del engaño, lo hace sin compromisos reales con las necesidades del pueblo.

El resultado ha sido siempre el mismo, servicios públicos deficientes, desabastecimiento, apagones y crisis en sectores como la salud, el agua, el sector energético y la educación.

Cuando un gobierno llega de forma ilegítima, como el Fraude Electoral del 2013 y 2017 en Honduras, por el Partido Nacional, su única prioridad es mantenerse en el poder. Las promesas se quedan en discursos vacíos, y las decisiones se toman pensando en intereses particulares, no en el bienestar de la población.

Por eso, el resultado inmediato de un fraude electoral es el abandono de los servicios públicos, hospitales sin atención, barrios sin luz ni agua, escuelas deterioradas y comunidades sin esperanza.

El pueblo es quienes enfrentan apagones constantes, centros de salud colapsados y la falta de agua en cada hogar y no son errores técnicos, son síntomas del profundo deterioro institucional causado por gobiernos que han puesto al Estado al servicio de grupos de poder, intereses privados y redes corruptas como lo hizo la narcodictadura.

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Y es que los gobiernos impuestos por el fraude electoral responden a redes corruptas y grupos privados que se reparten el país como un negocio. Mientras se reparten contratos, concesiones y presupuestos, el pueblo queda marginado, sin acceso a servicios básicos, el Estado se convierte en una maquinaria de saqueo, y los ciudadanos en víctimas del abandono.

El gobierno legitimó de la presidenta Xiomara Castro

Pero, llegó un gobierno legítimo que pudo cambiar esta realidad, con la llegada al poder de la presidenta Xiomara Castro, elegida por voluntad popular, se ha demostrado que con voluntad política sí se puede recuperar el rumbo.

Se han priorizado los servicios públicos, se ha avanzado en el acceso a la energía, se han invertido en escuelas, hospitales, agua potable, el agro, en caminos productivos, en deporte, becas, entre otras. la dignidad comienza a regresar a las comunidades cuando gobierna alguien que sí responde al pueblo y no a los intereses del fraude.