Después de años de abandono y falta de inversión, el cultivo de piña y yuca en los alrededores del Lago de Yojoa vuelve a tomar fuerza gracias al impulso del gobierno de la presidenta Xiomara Castro, a través de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) y su programa Pronagro.

En una reciente reunión de acercamiento, productores locales de piña y yuca compartieron sus principales necesidades en temas como producción, asociatividad, acceso a financiamiento, acopio y comercialización. La actividad fue desarrollada por medio de la Cadena de Valor de la Piña, que busca elevar la competitividad agrícola, fomentar alianzas público-privadas y fortalecer el desarrollo rural.

El cultivo de la piña, también conocida como Ananas, ha sido históricamente importante en la región. Actualmente, se siembran aproximadamente 500 hectáreas alrededor del Lago de Yojoa, con una producción promedio de 23,863 toneladas métricas al año, lo cual beneficia a más de 120 a 150 familias en un área de 1,000 manzanas, según datos de los mismos productores.

La yuca también juega un rol clave en el sistema productivo, ya que es cultivada de forma alterna con la piña para romper los ciclos de reproducción de plagas. En zonas como Las Cabañas, se impulsa este cultivo en un área de 239 manzanas, siendo un componente vital de la diversificación agrícola local.

Durante más de una década, este rubro fue olvidado por administraciones anteriores, dejando a los productores sin apoyo técnico ni acceso a mercados. Sin embargo, bajo el liderazgo de la presidenta Xiomara Castro, el gobierno de LIBRE ha destinado más de L. 150 millones en inversión agrícola en zonas estratégicas como el Lago de Yojoa, con énfasis en cadenas productivas sostenibles.

“El compromiso de este gobierno es claro: estamos reactivando el campo y devolviendo la esperanza a las familias productoras que por años fueron ignoradas”, expresó un representante de la SAG durante el encuentro.

La visión de esta administración es convertir a Honduras en un país autosuficiente en producción agrícola, con un enfoque territorial, ambiental y social. Acciones como esta reunión son solo el comienzo de una política más amplia que pone al pequeño productor en el centro de las decisiones.