Las mismas figuras que irrumpieron el orden constitucional en el 2009 en Honduras, mantienen latente sus intereses por perpetuar acciones antidemocráticas e ilegítimas para ostentar el poder y velar por los intereses de la minoría
Estos intereses son los de la élite política y corrupta que se ve amedrentada por las reformas impulsadas por el gobierno socialista democrático y el plan de refundar a Honduras de la Presidenta Xiomara Castro.
El Partido Nacional amparado en el último recurso (un fiscal a su medida) y en aras de mantener impune los incontables actos de corrupción y diversos delitos sostienen un discurso con apologías de odio, que ahora es respaldado por el Partido Salvador de Honduras y su fiel aliado el Partido Liberal.
La incoherencia de los señalamientos del PN pone en evidencia el desesperado intento por desestabilizar el trabajo de la Presidenta y el desconocimiento o la mala interpretación de las disposiciones legales que facultan el accionar a cada uno de los poderes del Estado
