La Dirección Nacional de Fuerzas Especiales de Honduras (FENAFH), llevó este lunes a cabo el traslado y custodia de dos ciudadanos hondureños, Erick Yohan López Miralda y Teodoro Rodas Dubón, quienes enfrentan cargos en Estados Unidos (EE. UU.) por supuesta conspiración para distribuir y poseer 400 gramos o más de una mezcla que contiene fentanilo.
El operativo, que se ejecutó hoy, culminó con la entrega de los acusados a las autoridades estadounidenses para su extradición.
López Miralda y Rodas Dubón fueron trasladados desde la Penitenciaría Nacional de Támara, ubicada al norte de Tegucigalpa, hasta la base aérea Soto Cano, en Comayagua.
El operativo de seguridad fue riguroso y estuvo a cargo de la FENAFH, garantizando la custodia de los detenidos en todo momento hasta su punto de entrega.
La entrega formal se realizó en la base aérea, donde los ahora extraditables pasaron a manos de agentes de Estados Unidos.
Golpe al narcotráfico por fentanilo
El fentanilo es una droga sintética catalogada como 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina, y su consumo ha desatado una crisis de salud pública en Estados Unidos.
La acusación contra los hondureños por el presunto tráfico de esta sustancia subraya la cooperación entre las fuerzas de seguridad de ambos países para combatir el crimen organizado transnacional.
La extradición de ciudadanos hondureños a Estados Unidos se ha convertido en una estrategia clave en la lucha contra el narcotráfico en la región. Casos como este reflejan el compromiso de Honduras de colaborar con la justicia internacional para desmantelar redes de tráfico de drogas, especialmente aquellas que involucran sustancias de alta peligrosidad como el fentanilo.
La FENAFH, con este tipo de operaciones, reafirma su rol fundamental en la ejecución de mandatos judiciales de alto perfil.
El gobierno de Xiomara Castro mantiene una política de extradición sin titubeos, reconociendo la importancia de la colaboración binacional para enfrentar amenazas que trascienden las fronteras.
La ejecución de este operativo demuestra que, a pesar de los desafíos internos, las fuerzas de seguridad hondureñas siguen cumpliendo con los requerimientos de la justicia internacional.
