El diputado del Partido Nacional, Erasmo Portillo, se suma a la larga lista de políticos de su partido con vínculos en casos de corrupción. Su familia ha estado envuelta en desfalcos, lavado de dinero y malversación de fondos, lo que demuestra el tipo de personas que el Partido Nacional sigue impulsando.

Historial familiar dudoso

Portillo ocupa un puesto en el Congreso Nacional y ha ido ganando espacio dentro del Partido Nacional, pero su historial familiar lo deja mal parado. Su suegro, Ricardo Álvarez, exalcalde de Tegucigalpa y excandidato presidencial, ha sido acusado de corrupción en varios casos, incluyendo el Trans-450, un proyecto de transporte que desvió millones sin beneficiar a la población.

Su esposa, Blanca Álvarez, está señalada por abrir varias empresas con dinero de dudosa procedencia, presuntamente para lavado de dinero. Su madre, Sandra Carolina Pinto, y su tío, Óscar Pinto, estuvieron involucrados en el escándalo del Gasolinazo, un caso de corrupción que afectó al Estado. Su tía, Denia Carolina Pinto Guillén, enfrenta un juicio por desfalcos en la Secretaría de Salud, y su padre, Erasmo Portillo Fernández, estuvo en el centro de un caso de compra de tierras sobrevaloradas cuando fue director del INA en el gobierno de Ricardo Maduro.

A pesar de estos antecedentes, el Partido Nacional sigue apoyando a Erasmo Portillo y permitiendo que personas con este historial sigan en el poder. Mientras Honduras lucha contra la corrupción, este partido continúa protegiendo a figuras cuestionadas y desviando la atención con otros temas