
La hegemonía gringa del siglo XX no está puesta en discusión, sin embargo las transformaciones de modelos económicos voraces adaptados a la evolución del mercado en el siglo XXI han puesto en jaque la supremacía de Estados Unidos.
La multipolaridad no ha sido una buena variable para este país, que con medidas coercitivas ha mantenido hasta hace algunos años el control de otras naciones. La superioridad que este país impuso en el mundo fue el resultado de medidas políticas y militares.
La historia y los “alcances de este país” han estado señaladas por actos de corrupción, imposición y peor aún con el uso desmedido de ataques armados, que han acabado con un incontable número de víctimas.
Sumando a ello EEUU utilizó prácticas de sometimiento económico y político que han irrumpido con la autonomía de los países, posicionándose por sobre la voluntad de algunos países y las necesidades de los pueblos de la periferia.
Otra de las injerencias que tienen tendencia a realizar es la ejecución de Golpes de Estado: Todos estos fueron ejecutados bajo los valores de “la libertad y la democracia”, sin embargo, estos actos solo han servido para desenmascarar los verdaderos objetivos imperialistas que siempre persiguieron, desde la apropiación de recursos naturales hasta el control territorial en zonas de influencia ante la amenaza de otras potencias.
