Después de décadas de abandono institucional, inseguridad desbordada y control territorial por parte del crimen organizado. Honduras vive un momento clave en su historia reciente: los homicidios han caído un 45 % y las muertes violentas de mujeres un 40 %, según datos oficiales de la Policía Nacional.
Estos logros son el resultado de una política de seguridad ciudadana impulsada por el gobierno de la presidenta Xiomara Castro. Con enfoque integral, territorial y humano, donde la prevención, la inteligencia y la cercanía con el pueblo se colocan por encima del uso indiscriminado de la fuerza.

Un cambio estructural que rompe con el pasado
Desde finales de 2022, el gobierno de LIBRE declaró un Estado de Excepción en zonas estratégicas, lo que permitió ejecutar operativos como la “Operación Candado” y difundir campañas como “Los 10 más buscados”. Estas acciones, sumadas a herramientas tecnológicas como la Línea 114 y el Chatbot María, han facilitado respuestas más rápidas, más humanas y más efectivas.
Entre 2021 y lo que va de 2025:
- Los homicidios bajaron de 1,647 a 901.
- Las muertes violentas de mujeres se redujeron de 159 a 96.
- En mayo de 2025 se registraron 211 homicidios frente a 366 en mayo de 2021.
- Abril cerró con apenas 14 asesinatos de mujeres, la cifra más baja en años.
Lo que antes fue sinónimo de represión, hoy funciona como una herramienta de contención democrática. Bajo el mando del Secretario de Seguridad, Dr. Héctor Gustavo Sánchez Velásquez, se ha articulado una estrategia nacional que recupera territorios, pero también devuelve confianza.
Los operativos recientes han dejado más de 9,500 capturas, incluyendo cabecillas de maras, y el decomiso de más de 1.2 toneladas de droga, armas de alto poder y dinero ilícito. Y todo esto, sin perder de vista el acompañamiento comunitario ni el respeto a los derechos humanos.
Uno de los mayores avances es la reducción de feminicidios, que ha sido posible gracias al fortalecimiento de mecanismos de protección como el Chatbot María. Un canal de asistencia directa para mujeres en riesgo, y la creación de una Comisión de seguimiento de casos.

Esto marca una ruptura con décadas de indiferencia estatal frente a la violencia de género, uno de los problemas más graves que enfrentaba el país.
Durante años, la seguridad en Honduras fue sinónimo de represión, improvisación y pactos ocultos con estructuras criminales. Hoy, por primera vez en más de 20 años, se prioriza la prevención sobre la persecución y se devuelve a la ciudadanía su derecho a vivir sin miedo.
El cambio es innegable: menos asesinatos, más capturas, más denuncias, más herramientas de asistencia, y sobre todo, más esperanza.
Con estos resultados, el gobierno de la primer mujer presidenta Xiomara Castro reafirma que la seguridad no es una promesa vacía, sino una política pública seria, articulada y al servicio del pueblo.

