La Tormenta Tropical Sara causo estragos en Honduras, dejando un saldo devastador que resalta la vulnerabilidad del país frente a los fenómenos naturales. El gobierno hondureño presentó un informe detallado de los daños y perjuicios ocasionados por la tormenta, el cual ha dejado un total de 7 personas fallecidas, 5 heridas y más de 41,000 damnificados.
La presentación del informe tuvo lugar en las instalaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional (SRECI), con la participación del Canciller Eduardo Enrique Reina, quien destacó el esfuerzo conjunto de las instituciones del Estado ante la emergencia y agradeció a organismos internacionales como la CEPAL y el BID, por su apoyo en esta crisis. «Honduras es un país altamente vulnerable a desastres naturales, una condición que nos obliga a estar siempre en alerta, sobre todo en temporada de lluvias», manifestó el Canciller, subrayando la importancia de las lecciones aprendidas para mejorar la respuesta ante futuros eventos.
El Vicealmirante José Jorge Fortín, Titular de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (COPECO), también expresó su agradecimiento a los países amigos y organizaciones internacionales por la ayuda humanitaria que llegó en forma de víveres y productos de primera necesidad. Esto fue vital para atender a los miles de afectados, que se enfrentaron a la pérdida de sus hogares y medios de vida.
Uno de los sectores más golpeados por la tormenta fue el productivo, que concentró el 97% de las pérdidas, mientras que los sectores sociales, como la educación y la salud, también sufrieron fuertes impactos. El Secretario de Infraestructura y Transporte, Octavio Pineda, detalló que muchas infraestructuras, incluyendo centros educativos y de salud, fueron severamente dañadas, lo que complica aún más la situación de las comunidades afectadas.
A nivel nacional, COPECO reportó más de 330 inundaciones y 70 deslizamientos en 16 departamentos del país, lo que causó caos en numerosas comunidades. En total, el informe estima que los daños económicos causados por la tormenta ascienden a aproximadamente 6,200 millones de lempiras (alrededor de 249 millones de dólares).
El Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Honduras, Alejandro Álvarez, subrayó la necesidad urgente de fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para dar una respuesta más eficaz ante los impactos de fenómenos naturales como este.
Este desastre resalta la urgente necesidad de que el país tome medidas más concretas para mitigar los efectos de las tormentas y otros desastres naturales, que se han convertido en una constante amenaza para la población más vulnerable. La resiliencia y la solidaridad internacional seguirán siendo claves para enfrentar estos retos, mientras Honduras trabaja por reconstruir lo que se ha perdido.

