Las elecciones generales en Honduras se han visto marcadas por un fuerte golpe electoral, dirigidos por EE.UU. y siendo operado por toda la oligarquía y la cúpula del bipartidismo, y este fue denunciado por el consejero del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marlon Ochoa, la candidata Rixi Moncada y diversos sectores a nivel nacional.
Más de 16 mil actas que representan cerca de dos millones de votos fueron retenidas dentro del sistema por más de cuarenta horas, a pesar de que ya habían sido enviadas desde los centros de votación. Esta retención, habría permitido manipular resultados en un proceso electoral que califica como una de las jornadas más opacas de la historia democrática reciente.
Marlon Ochoa advirtió que desde semanas antes se conocían fallas críticas que abrían la puerta a un golpe electoral, entre ellas problemas en la transmisión de datos, ausencia de herramientas de verificación y mecanismos que podían asignar votos automáticamente.
Incluso la auditoría externa alertó sobre inconsistencias graves en un informe que, según denunció, no pudo discutirse en el Pleno porque la sesión fue suspendida de manera irregular, un hecho que él interpreta como parte de una operación interna para bloquear controles.
Durante la jornada de votación, miles de custodios y miembros de mesas reportaron que el sistema interpretaba de forma incorrecta los números escritos en las actas, mostrando cifras infladas que no coincidían con el conteo manual. También se observaron casos donde los votos parecían ser transferidos entre candidatos sin explicación.
Estas anomalías coinciden con el contenido de 26 audios presentados al Ministerio Público, donde se describirían planes previos para manipular los resultados, reforzando la idea de que el golpe electoral estaba organizado desde antes de los comicios.
La situación empeoró con la caída de la página oficial de resultados por dos días, inconsistencias en las cifras publicadas y fallas simultáneas en cientos de antenas y canales de transmisión. A esto se sumó una propuesta para retirar manualmente las tarjetas SIM de los dispositivos biométricos, medida que habría borrado la trazabilidad del voto.
Marlon Ochoa aseguró que incluso Smartmatic reconoció parte de estas fallas y que la empresa encargada del escrutinio no completó a tiempo el sistema de contingencia, lo que compromete el conteo definitivo.
Lo ocurrido no responde a errores aislados, sino a un golpe electoral en marcha, articulado por actores internos y con apoyo externo. El bipartidismo dentro del CNE toma decisiones fuera del Pleno y que esta elección supera en irregularidades a las de 2013 y 2017.
De acuerdo con el consejero, Honduras enfrenta un escenario sin precedentes, donde la voluntad popular podría haber sido alterada deliberadamente, representando una amenaza directa para la democracia del país por injerencia de Trump y por la cúpula del bipartidismo .

