El gremio periodístico en Honduras bajo la influencia de la derecha política que desde siempre se hizo de la dirección de los medios de comunicación ha sido arrastrado a la peor de sus desgracias, la miseria y la condena a una mediocridad humillante, salvo algunas y muy honrosas excepciones.

Los periodistas en su mayoría mal remunerados, con salarios que apenas alcanzan para cubrir sus necesidades básicas, se han visto obligados a prostituir la profesión, poniendo la información o la desinformación al servicio del mejor postor, ese mejor postor que siempre es la corrupción público privada, que opera desde el silencio pero que cuando quiere gritar, lo hace acompañada de las gargantas de los periodistas que han contaminado su ética con la mal llamada «machaca».

La presión por vender publicidad y el control de los dueños de medios sobre la línea editorial han limitado la independencia y la objetividad en la cobertura de los acontecimientos, claro ejemplo, declaraciones de funcionarios públicos que son tergiversadas con el fin de generar confusión o desatar la furia de la opinión pública.

Esta realidad ha condenado al gremio periodístico a la mediocridad, donde la calidad de la información pasó a un segundo plano y la ética profesional sólo es un cuento de las aulas universitarias, lo valores, incluso los más elementales, son puestos entredicho.

Y no, no siempre es culpa del periodista en particular, al final es un obrero más, precarizado y víctima del modelo económico, el periodistas se ven en la encrucijada de tener que ceder a las presiones de los dueños de medios o enfrentar la posibilidad de nunca ejercer, ¿el resultado? un periodismo complaciente y poco crítico.

En contraste con esta situación, en la historia de Honduras han existido grandes patriotas que se vieron obligados por militancia a asumir la tarea de periodistas, como herramienta para luchar por la Liberación Nacional. Alfonso Guillén Zelaya, Heliodoro Valle, Ramón Amaya Amador, Floyran Turcios, entre otros, son ejemplos de periodistas, algunos por vocación, otros por militancia y muy pocos de profesión, que comprometidos con la verdad y la justicia, utilizaron su pluma, su voz y su fuera para denunciar las injusticias y luchar por un país más justo y equitativo.

¿En que momento se perdió esta senda? Salvo algunas excepciones, la mayoría de los medios de comunicación solo sirven para darle circo a la población, mentir y desinformar para dejar en mal ante la opinión pública al Gobierno Socialista y Democrático de la Presidenta Xiomara Castro. Esta situación ha contribuido a la polarización y la desinformación en el país, dificultando la construcción de una sociedad informada y crítica.

Es fundamental que el gremio periodístico en Honduras recupere su papel como defensor de la verdad y la justicia. Los periodistas tienen la responsabilidad de informar con veracidad y ética, de ser contrapeso al poder y de dar voz a los sectores más vulnerables de la sociedad. Solo así podrán contribuir a la construcción de un país más justo y democrático.

Es necesario que se promueva la libertad de prensa y se garantice la independencia de los medios de comunicación, para que los periodistas puedan desempeñar su labor de forma ética y responsable. Asimismo, es crucial que se fomente la profesionalización del gremio periodístico, con la implementación de programas de formación y capacitación que promuevan la excelencia en el ejercicio periodístico pero de forma popular y orgánica, una tarea aún no resuelta por el Gobierno de Xiomara Castro que es quien más paga las consecuencias de una matriz mediática al servicio de los grupos de poder con los que se enfrenta.

La sociedad hondureña merece una prensa comprometida con la verdad y que contribuya al fortalecimiento de una verdadera democracia. El hecho de que algunos medios de comunicación corporativos se enfoquen en condenar que periodistas hayan rechazado el camino de ser serviles de la derecha mediática para asumir el desafío de acompañar al Gobierno en sus batallas comunicacionales, no solo es incoherente e inmoral, sino vergonzoso.

Por: Mauricio Rosales


Deja un comentario

Descubre más desde Mi Nota

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Verificado por MonsterInsights