El presupuesto 2025 de Honduras, presentado por el gobierno de la presidenta Xiomara Castro, busca impulsar el bienestar social y económico del país, pero se enfrenta a la oposición del bipartidismo que busca frenar su ejecución.
Este presupuesto está diseñado para beneficiar directamente a los sectores más vulnerables, pero las fuerzas políticas tradicionales parecen no estar dispuestas a apoyar esta propuesta que busca seguir transformando a Honduras.
Entre las principales asignaciones del presupuesto destacan:
- L30,704.8 millones para protección social, destinados a apoyar a 190,087 hogares vulnerables, fomentar el emprendimiento, la vivienda, el empleo y proteger a los grupos más desfavorecidos.
- L15,851.3 millones para salud, con la construcción de hospitales, atención materno-infantil y programas de vacunación.
- L4,353.3 millones para educación, para mejorar la infraestructura educativa, ofrecer becas y garantizar la merienda escolar para los niños.
- L10,454.4 millones para energía, destinados a mejorar la infraestructura eléctrica y ofrecer subsidios a los sectores más necesitados.
- L7,276.2 millones para seguridad alimentaria, a través de proyectos agroalimentarios como el Bono Tecnológico Productivo, el bono ganadero y el bono cafetalero.
Sin embargo, el mismo bipartidismo que en el pasado permitió el saqueo de instituciones como el IHSS, permitió la privatización de recursos nacionales y manejó fondos públicos de manera irregular durante la pandemia, ahora se niega a aprobar un presupuesto diseñado para el beneficio directo de la población más vulnerable.
El gobierno de Xiomara Castro, se ha comprometido a continuar con una política de justicia social, priorizando la inversión en sectores clave como salud, educación y protección social. La oposición, lejos de respaldar estos esfuerzos, está alineada con los intereses de los mismos actores que históricamente han afectado al pueblo hondureño.
Mientras tanto, el desafío es claro: ¿seguirá el bipartidismo frenando las obras que benefician al pueblo?
