Es necesario recordar, una vez más, que la Presidenta Xiomara Castro, es la máxima autoridad de Honduras, y como tal, merece respeto. Su liderazgo, como la primera mujer en ocupar el cargo, representa un hito histórico para el país y para la región.
Su mandato no solo ha roto barreras de género, sino que ha abierto nuevas puertas para las mujeres en la política. Desacreditar su figura no solo es un ataque personal, sino una ofensa a todas las mujeres que luchan por la igualdad y el respeto en todos los ámbitos de la sociedad.
La cínica y desesperada campaña de odio de Elvira Salazar, Miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, solo demuestra actitudes injerencistas plagadas de calumnia y perversidad. Ante la intromisión de la reunión que tuvieron los congresistas María Elvira Salazar y Carlos Giménez con opositores como Salvador Nasralla, María Antonieta Mejía, Pedro Barquero, Kilvett Bertrand, entre otros.
Este encuentro esconde intereses personales e ideológicos por parte de los congresistas republicanos y una clara intromisión en el proceso electoral de un país soberano.
Basta de Injerencias y Calumnias
Las continuas campañas de desprestigio contra el gobierno de Honduras, provenientes de sectores externos como el liderado por Elvira Salazar, representan un acto claro de injerencia en los asuntos soberanos del país.
Honduras ha decidido su futuro con la elección de Xiomara Castro, y cualquier intento de intervenir o desestabilizar el mandato democrático debe ser rechazado con firmeza. Las calumnias, basadas en distorsiones y manipulaciones, no deben tener lugar en un contexto de respeto mutuo entre naciones.
A pesar de los ataques y obstáculos, el gobierno de Xiomara Castro, ha logrado avances significativos en diversas áreas. La gestión ha impulsado políticas que buscan la equidad social, la justicia y el fortalecimiento de la economía. Entre los logros se destacan el fortalecimiento de la educación pública y las iniciativas en pro de la soberanía energética. Además, se han implementado programas para combatir la corrupción y el narcotráfico, que por años han sido plagas para el desarrollo de Honduras.

