La candidata presidencial por el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), Rixi Moncada, en sus más recientes conversatorios lanzó una propuesta que beneficiará a miles de hondureños: eliminar la Central de Riesgos crediticios como parte de una reforma estructural al sistema financiero del país.
Rixi denunció el carácter usurero de la banca nacional, señalando que los pequeños productores y emprendedores son asfixiados con tasas que inician en un 36% y, con recargos y multas, llegan a superar el 80%, mientras las élites empresariales acceden a créditos privilegiados con intereses de apenas un 3%.
Moncada argumentó que la Central de Riesgos registra a más de dos millones de hondureños y los califica como “delincuentes”, lo que les impide acceder a créditos y oportunidades económicas.
Según su planteamiento, a partir del 27 de enero de 2026, todos los ciudadanos deberían ser eliminados de la Central de Riesgos y considerados sujetos de crédito.
“La banca ganó 70 mil millones en intereses solo en 2024. Eso es la prueba de un modelo económico de acaparamiento y estafa. Yo no acepto esa injusticia, no acepto la usura, no acepto que la oligarquía explote al pueblo hondureño”, expresó con firmeza.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE ELIMINAR LA CENTRAL DE RIESGO?
La propuesta de Moncada apunta a garantizar acceso justo al crédito y a las oportunidades, con reducción de intereses y la implementación de una economía humana, puesta al servicio de la gente.
Entre sus alternativas, mencionó el fortalecimiento de cajas rurales y bancos comunales que democratizarían el acceso al financiamiento, bajo un esquema solidario y equitativo.
Asimismo, criticó la brecha entre los intereses que se pagan y los que se reciben: “Mientras los ahorros apenas generan un 2.5%, los préstamos pueden llegar hasta un 80%. Eso no es economía, es explotación”.
Con esta propuesta, la próxima presidenta de Honduras busca derribar uno de los pilares del modelo financiero que ha beneficiado históricamente a la oligarquía, dejando al pueblo atrapado en deudas impagables y sin acceso real al crédito.
