Midence Oquelí el exdiputado hondureño que fue extraditado en 2023 a los Estados Unidos, declaró hoy en una Corte en Nueva York sobre sus actividad ilegales, en las cuales pone al descubierto el papel de Yani Rosenthal, presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal de Honduras.
Rosenthal, quien pagó una condena en territorio norteamericano, según con el testimonio de Oquelí su correligionario y socio, colaboró con maras y pandillas brindándoles entrenamiento para especializarles en el tráfico de drogas.
El padrino político del ahora precandidato presidencial liberal Jorge Calix, el único que lo acogió después de poner al ojo público su verdaderas intenciones, dicho sea, primo del narcotraficante también extraditado, Manuel Cálix ¨Cubeta¨.
El actual gobierno, es el único gobierno que le ha declarado una guerra frontal y sin tregua al narcotráfico y el crimen organizado, una batalla desigualdad considerando todos los tentáculos que el narcotráfico ha incrustado en la vida política del país y todas la institucionalidad que pudrió. Pero este gobierno constantemente es boicoteado por el bipartidismo que se forjó los últimos meses en una oposición política apátrida, Rosenthal, empresario lidera el Partido Liberal que co gobernó con el Partido Nacional en el montaje de la narcodictadura que tiene su cabeza condenada y sentencia en Nueva York. ¿A quién le caben dudas que el partido Nacional y Liberal son lo mismo?
El testimonio de Oquelí no deja dudas: el grupo de Midence Oquelí no obtuvo nada del gobierno de Manuel Zelaya. Y los mismos testigos han desmentido que se les haya otorgado ministerios, viceministerios o PRONADERS, contrario a todo lo que han expresado los medios corporativos que caen en la mentira y la manipulación de la evidencia en su afán de defender el bipartidismo.
El asesinato de Juan Ramón Salgado, destruyó cualquier posibilidad política para Midence Oqueli. Yani Rosenthal, junto a su padre, Jaime Rosenthal, y su primo, Yankel Rosenthal, fueron acusados en 2015 de proporcionar servicios de lavado de dinero a organizaciones de narcotráfico en Centroamérica.
En 2017, Yani se declaró culpable en una corte federal estadounidense por participar en transacciones monetarias relacionadas con bienes derivados de actividades ilícitas, lo que le valió una condena de tres años de prisión y una multa de 500,000 dólares.

