En un país donde durante dos décadas la salud pública fue relegada, fragmentada y usada como botín político, Hoy el Gobierno de la Presidenta Xiomara Castro se ha convertido en el primero en apostar de manera real, sostenida y visible por reconstruir un sistema que venía colapsado. La administración de Libre no solo ha priorizado la salud como un derecho humano, sino que ha retomado la responsabilidad histórica del Estado frente a un pueblo que exige dignidad y atención médica de calidad.

Construcción de hospitales: una transformación estructural largamente postergada por primera vez en 20 años, Honduras está viendo levantarse nuevos hospitales públicos concebidos para servir al pueblo y no para enriquecer a intermediarios. Entre estas obras destacan la construcción del Hospital de Danlí, el nuevo Hospital de Santa Bárbara, así como las ampliaciones y diseños finales del Hospital Regional del Sur y del Hospital de Roatán. Cada proyecto representa una ruptura con décadas de abandono, demostrando que la salud es una prioridad y no un adorno de campaña.

Centros de salud renovados y ampliados para llegar a las comunidades excluidas

Además de la infraestructura hospitalaria, Libre ha impulsado la rehabilitación, ampliación y equipamiento de decenas de Centros Integrales de Salud (CIS) y CESAMO en zonas urbanas y rurales. Comunidades históricamente excluidas han recibido mejoras tangibles: nuevos espacios de atención, laboratorios básicos y áreas de maternidad dignas. El objetivo es claro: descentralizar la atención y garantizar que la salud llegue hasta el último rincón del país, sin discriminación ni clientelismo.

Abastecimiento de medicamentos: un giro drástico frente al desabastecimiento crónico Durante años, el desabastecimiento de medicamentos fue una constante que golpeó sin piedad a los más pobres. Hoy, gracias a un proceso de compras transparentes y planificación anticipada, los hospitales y centros de salud registran niveles históricos de abastecimiento. La ruptura con los monopolios farmacéuticos y los viejos círculos de corrupción ha permitido que miles de pacientes finalmente encuentren sus tratamientos completos, sin depender de la caridad ni de la compra privada.

Una inversión sin precedentes que reivindica la salud como un derecho en conjunto, estas acciones confirman una verdad innegable: ningún gobierno en las últimas dos décadas ha invertido tanto en el sistema público de salud como el gobierno de Libre. No se trata solo de infraestructura, sino de una apuesta política por la dignidad humana y por la reconstrucción del Estado social. La administración de Xiomara Castro ha demostrado que cuando la salud se pone por encima de los privilegios, es posible avanzar hacia un país más justo, más sano y más humano.


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