Después de más de cuatro décadas de operar sin una intervención estructural, la Central Hidroeléctrica El Níspero, ubicada en el occidente de Honduras, entra oficialmente en su fase de modernización con la incorporación de un nuevo transformador de 30 MVA, pieza clave para su conexión al Sistema Interconectado Nacional.
Del 17 al 27 de julio de 2025, ingenieros de la gerencia de generación de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) participaron en las pruebas de aceptación (FAT) del transformador, el cual cuenta con una capacidad de 13.8/69 kV. Esta etapa marca el inicio del proceso de modernización integral de El Níspero, planta que ha estado en funcionamiento desde hace 43 años sin una intervención significativa.
UNA APUESTA POR LA SOBERANÍA ENERGÉTICA
La inversión de 32 millones de lempiras realizada con fondos públicos representa una muestra clara del compromiso del gobierno de la Presidenta Xiomara Castro, quien ha priorizado la recuperación y modernización del parque hidroeléctrico nacional como parte de su agenda de soberanía y sostenibilidad energética.
“Estamos transformando nuestro sistema energético con soluciones que fortalecen la generación limpia, sostenible y eficiente”, expresó el secretario de Energía, Erick Tejada, quien ha liderado la reactivación de proyectos abandonados durante años por administraciones anteriores.
Con esta renovación, El Níspero garantizará una mayor estabilidad del suministro eléctrico y mejorará el aprovechamiento del recurso hídrico, contribuyendo al objetivo de reducir la dependencia de combustibles fósiles y avanzar hacia una matriz energética más verde y nacional.
Además, la conexión de la planta con el sistema nacional permitirá una mejor distribución de la energía generada, especialmente para comunidades del occidente del país, tradicionalmente marginadas en cuanto a infraestructura energética.
La planta hidroeléctrica El Níspero fue inaugurada en los años 80, pero desde entonces ningún gobierno le dio seguimiento técnico ni destinó fondos para modernizarla. Fue hasta la llegada del gobierno de Libertad y Refundación (LIBRE) que se retomó la política de fortalecer la ENEE, recuperar activos públicos estratégicos y apostar por una gestión soberana de la energía.
