En la reciente sesión extraordinaria del Consejo Nacional Electoral (CNE), un audio publicado ha sacado a la luz hechos que el pueblo hondureño debe conocer. Este material revela momentos clave en los que se evidencia quiénes están a favor de la transparencia y quiénes buscan evitar que la verdad salga a la luz. Aquí presentamos tres verdades irrefutables que se desprenden de la grabación.

Primera verdad: Solo un consejero exigió transparencia

Durante la sesión, el único del CNE que solicito que el informe se presentara públicamente, con la presencia de los medios de comunicación, fue el consejero Marlon Ochoa y por las Fuerzas Armadas el general Roosevelt Hernández. Donde la postura fue clara: la ciudadanía tiene derecho a conocer lo que ocurre dentro de este órgano de lucha contra la corrupción. Sin embargo, esta solicitud encontró resistencia en otros sectores del Consejo.

Segunda verdad: Una consejera suspendió la sesión para evitar la exposición pública

La representante del Partido Nacional Cossette López reaccionó de manera negativa ante la presencia de los medios. Su molestia fue tal que decidió suspender la sesión, bloqueando así el acceso del pueblo hondureño a la información que se iba a revelar. Esta acción genera una pregunta inevitable: ¿qué se intentaba ocultar con esta decisión?

Tercera verdad: La transparencia fue cuestionada, pero defendida con firmeza

En el audio se escucha a la consejera del Partido Liberal Ana Paola Hall cuestionar la necesidad de contar con medios presentes. Frente a esto, Marlon Ochoa respondió con contundencia:
«¡Transparencia, consejera, transparencia absoluta! El pueblo debe conocer la verdad.»
Esta declaración refuerza la importancia de una gestión abierta y de cara a la ciudadanía, algo que algunos dentro del CNE parecen no compartir.

¿Quiénes buscan ocultar la verdad?

Los hechos expuestos en esta grabación permiten que el pueblo hondureño saque sus propias conclusiones. ¿Quiénes están del lado de la transparencia y quiénes prefieren operar en las sombras? La lucha contra la corrupción solo será efectiva si los ciudadanos exigen rendición de cuentas y no permiten que las verdades incómodas sean silenciadas.

No existen pruebas de que Roosevelt se haya reunido con el expresidente Manuel Zelaya ni de que haya agredido a la consejera Cossette López, lo que convierte esas afirmaciones en meras narrativas sin sustento. En cambio, sí hay evidencia de que trató a la consejera con respeto, ya que el audio lo confirma, y también hay pruebas documentales sobre la contratación de los busitos, respaldadas por un contrato firmado. La diferencia entre narrativas y pruebas radica en la existencia de elementos verificables que sustentan un hecho, mientras que las narrativas dependen de interpretaciones o suposiciones sin respaldo objetivo.