Mientras miles de familias hondureñas enfrentan incertidumbre y angustia tras la cancelación del Estatus de Protección Temporal (TPS) por parte del gobierno de Donald Trump, sectores del bipartidismo han reactivado discursos xenófobos que criminalizan a la diáspora migrante.

En medio de esta crisis, resuenan con fuerza las declaraciones pasadas de Salvador Nasralla, quien ha expresado admiración por la política migratoria del expresidente estadounidense. Sus palabras se alinean con una narrativa que deshumaniza a los hondureños que luchan por una vida mejor fuera del país.

Decenas de miles en riesgo de deportación

La decisión de la administración Trump afecta directamente a hondureños y nicaragüenses amparados bajo el TPS. A partir de hoy, decenas de miles enfrentan la amenaza de deportación, pese a haber contribuido por años a la economía de Estados Unidos.

Estos migrantes también sostienen con remesas vitales a miles de familias en Honduras. Sin embargo, en lugar de mostrar solidaridad, figuras del bipartidismo han repetido discursos que los presentan como “delincuentes”, justificando así las políticas restrictivas de Washington.

Nasralla y su respaldo a la línea dura de Trump

Salvador Nasralla, figura clave de la oposición, expresó abiertamente su afinidad con la postura antimigrante de Trump. En una declaración pública dijo:
“Lo que está haciendo Donald Trump contra los migrantes es necesario, EE. UU. no está obligado a mantener a tantos delincuentes. Sé que es duro, pero es la realidad; acá tampoco los deberían dejar entrar.”

Estas palabras reflejan una visión clasista y un profundo desprecio por la población migrante. Además, contrastan con la realidad de los migrantes hondureños: personas trabajadoras, que con esfuerzo y sacrificio sostienen a sus familias desde el extranjero.

La idea de que los hondureños “nunca han trabajado con sus manos” es una falacia. La mayoría de migrantes hondureños realizan labores duras y mal remuneradas en el extranjero. Gracias a ellos, Honduras mantiene ingresos vitales para su economía.

El respaldo de ciertos líderes opositores a las políticas migratorias de Trump no solo es una traición a los intereses nacionales. También muestra una desconexión con la realidad de miles de hondureños que se han visto obligados a migrar por necesidad, no por elección.

Urge una defensa clara para los migrantes

La legitimación del discurso de Trump por parte de algunos opositores debilita toda defensa posible de los derechos de los hondureños en el exterior. Se pierde la oportunidad de exigir políticas migratorias justas, así como soluciones internas que reduzcan la migración forzada.

Los migrantes no son una carga. No son delincuentes. Son la prueba viva de la resiliencia hondureña.


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