Las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), comenzaron el desmantelamiento de “celdas VIP” en varios centros penales del país. Como parte de una intervención orientada a erradicar la corrupción y el control ilegal que estructuras criminales han ejercido durante años dentro del sistema carcelario.
En los centros penales intervenidos, se detectó la venta de espacios acondicionados por privados de libertad. Quienes cobraban entre 200 mil y 300 mil lempiras por dormitorios improvisados construidos con madera u otros materiales.
Estos espacios eran vendidos por estructuras criminales como la MS-13, según informaron las autoridades.
El coordinador del sistema penitenciario, Ramiro Muñoz expresó:
“Sacamos a los MS-13 y los trasladamos a La Tolva (cárcel de máxima seguridad), y cuando despejamos el recinto general, salieron más de 300 reos diciendo que eran MS. ¿Pero por qué estaban ocultos con los demás?”.
Como parte de estas medidas, se anunció también el cierre de las cárceles de: La Esperanza, en Intibucá, y de Trujillo, en Colón, debido al aumento de actividades ilícitas y la incapacidad de garantizar condiciones mínimas de seguridad en su interior.
En paralelo, se informó de la destitución de al menos 22 empleados del centro penal de Támara, a quienes se les atribuyen responsabilidades administrativas y operativas en las irregularidades detectadas.
Las autoridades aseguran que estas acciones están amparadas en la legislación vigente y forman parte de una estrategia más amplia para recuperar el control institucional sobre el sistema penitenciario, reducir la violencia y prevenir que las cárceles sigan funcionando como centros de operaciones del crimen organizado.
